Un loco seguido por miles de brutos se lanza a cruzar la cordillera. ¿El objetivo? Liberar una patria que no es la suya. Ha desobedecido la orden de volver a la ciudad a pacificar a los insurrectos. Jura que no desenvainará su espada por opiniones políticas ni contra sus compatriotas. La ciudad que en otro momento defendió ahora le da la espalda.
Se marcha a las montañas sabiendo que la única solución es la libertad plena. Está dispuesto a colaborar y ser partícipe de este plan que insubordina a los hijos y descendientes de los conquistadores. Ha logrado liberar a un continente ganando la guerra a un imperio (en decadencia) y, exitoso, se retira de la vida política aduciendo cansancio. 30 años de guerra son mucho peso para una espalda fatigada. No puede volver a la ciudad. Aquellos a quienes ha desobedecido lo han declarado "persona no grata" y tiene que marchar al exilio.
El paso de los años lo reencuentra con su patria, pero la situación no ha cambiado demasiado. Siguen matándose entre compatriotas y han llegado a fusilar líderes. El desmadre es tal, que todo parece incontrolable. Rechaza el puesto que le ofrecen, no participara en un gobierno donde se apoye la matanza de sus pares y vuelve a exiliarse. 20 años después tiene cita con la muerte, que lo encuentra anciano y más cansado aún. Él, que ha sido condenado por obedecer a sus ideales de Libertad y Justicia, muere lejos de su patria. Nosotros, hoy, no lo olvidamos.
"Compañeros del Ejército de los Andes: ya no queda duda de que una fuerte expedición española viene a atacarnos, sin duda alguna los gallegos creen que estamos cansados de pelear y que nuestros sables y bayonetas ya no cortan ni ensartan; vamos a desengañarlos.
La guerra se la tenemos que hacer del modo que podamos, si no tenemos dinero, carne y un pedazo de tabaco no nos ha de faltar; cuando se acaben los vestuarios nos vestiremos con las bayetitas que nos trabajan nuestras mujeres y si no, andaremos en pelotas como nuestros paisanos indios. Seamos libres y lo demás no importa nada. La muerte es mejor que ser esclavos de los maturrangos. Compañeros, juremos no dejar las armas de la mano hasta ver el país enteramente libre o morir con ellas como hombres de coraje."
159º Aniversario del Fallecimiento de José de San Martín.