sábado, 10 de enero de 2009

Al maestro con cariño

Cuando empecé con este nuevo proyecto (harán aproximadamente dos horitas) pensé que iba a tomarme un par de días encontrar algo digno de publicar. Para mi sorpresa, no me llevó tanto tiempo.

S: y lo vino a buscar para decirle que esperaba que no faltase
F: ¿Cómo que no faltase?¿Es un laburo?
S: Parece. Le dijo que lo va a poner de delantero titular. Que vaya hoy o que no vaya más.
F: ...

Esta conversación se refiere a mi primo que, como muchos chicos, ocupan un tiempo bastante importante de su día jugando al futbol en un club de barrio. Quien venía a buscarlo es su entrenador.
¿Qué tan frustrado puede estar una persona como para hablarle así a un nene que apenas tiene 8 años?¿Dónde reside la necesidad de ponerle tanta presión a una situación que indudablemente no la necesita? Yo pensaba que los chicos iban a jugar al club para divertirse, estar con los amigos (al menos eso hice yo toda mi vida)
Los clubes deberían poner más atención en estos casos. Las personas a cargo de estos grupos ("Entrenadores") deberían ser formadores, al igual que los padres y los maestros de la escuela. Los chicos no van a trabajar al club. No es profesional el futbol que ellos juegan. Lo hacen porque lo sienten, y porque les gusta. Es triste que haya casos como estos. Yo pensé que los frustrados eran sólo los padres que les gritan a sus hijos desde las tribunas y los insultan cuando algo no sale como debiera.

Espero no defrauden a los chicos. No hay nada peor que un chico defraudado. Piensenlo.

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