Hoy, mientras viajaba en bondi, escuché el adjetivo calificativo más lindo que alguna vez hubiera escuchado. Un grupo de pibes, que no tenían muchos más años que yo, hablaban de la posibilidad de entregar alimentos en un comedor y de los gastos de traslado. Entonces, uno de ellos, que estaba perdido, al igual que su vista fija en la ventana, volvió a la conversación y dijo: "¿80 pesos para llevar 1000 kilos de alimento? Eso es la revolución".
A mí me gustó.
lunes, 7 de diciembre de 2009
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