“Tiene unas horas de edad la Nicaragua recién nacida en los escombros, verdor nuevito entre las ruinas del saqueo y de la guerra; y la cantora luz del primer día de la creación alegra el aire que huele a quemado.”¹ Con estas palabras anunció el escritor uruguayo Eduardo Galeano lo que sería el inicio de una nueva etapa en la vida nicaragüense. Sin embargo el camino emprendido por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) para alcanzar la libertad fue muy duro. Fueron muchos los que cayeron en esta larga lucha por la libertad nicaragüense. Sólo en las últimas siete semanas de la Ofensiva Final murieron 30.000 personas.²
El nombre del movimiento que se disponía a liberar a Nicaragua de la tiranía somocista proviene del general Augusto Cesar Sandino, quien encabezara la resistencia a la intervención norteamericana durante la década del ´20 y del ‘30, amparada en “el deber de proteger las inversiones en suelo nicaragüense”, según declarara el entonces presidente norteamericano Calvin Coolidge.³ El 21 de febrero de 1934, Sandino fue asesinado por la Guardia Nacional, dirigida por Anastasio Somoza García, hombre de confianza de Estados Unidos en Nicaragua, que dos años después se convertiría en presidente y daría inicio a una de las eras más oscuras de la historia nicaragüense, plagada de crímenes y corrupción.
Después de 20 años de presidencia, y haber sido confirmado nuevamente como candidato del Partido Liberal Nacionalista (PLN), Anastasio Somoza García fue atacado por Rigoberto López Pérez, un joven opositor y poeta, miembro del Partido Liberal Independiente (PLI), asesinado en el mismo momento que disparara contra el entonces presidente de Nicaragua. El 29 de abril de 1956, Somoza moriría en el Hospital Gorgas, en la Zona del Canal de Panamá. Fueron vinculados al ataque Carlos Fonseca y Tomás Borge, fundadores del FSLN. Somoza sería sucedido por su hijo Luis, que continuaría con el legado de corrupción.
A comienzos de 1961 se forma la agrupación que sería la base del FSLN. El Movimiento Nueva Nicaragua (MNN) agrupa a las distintas fuerzas que hasta ese momento luchaban contra el régimen somocista y participan personas provenientes de diferentes ámbitos, como Carlos Fonseca, Tomás Borge y Silvio Mayorga (provenientes del mundo universitario), obreros como José Benito Escobar e incluso Santos López, que había peleado junto a Augusto Sandino durante la intervención norteamericana. En marzo de ese mismo año realiza su primera actividad pública en defensa de la Revolución cubana, oponiéndose a la postura tomada por el gobierno nacional, que apoyaba los intereses estadounidenses. La bandera con que se identificaba el MNN estaba compuesta sólo por una franja horizontal roja y otra negra. El color rojo se usaba para representar la libertad de la patria y el negro para la muerte. De allí se desprende la frase utilizada por Sandino, que fuera invocada por muchas otras personas durante el siglo XX, “Patria libre o muerte”. Poco tiempo después el Movimiento Nueva Nicaragua se disolvió para dar paso a la creación del Frente de Liberación Nacional (FLN), que tomara su nombre de la agrupación que peleara por la independencia de Argelia, que luego, por sugerencia de Carlos Fonseca, agregaría la palabra “Sandinista” a su nombre, para conformar definitivamente lo que sería el Frente Sandinista de Liberación Nacional. La fecha de fundación de la nueva organización que lucharía contra el somocismo es incierta. Mientras Tomás Borge recordó que la misma fue el 19 de julio de 1961, otros miembros iniciales del FSLN dijeron que no hay una fecha precisa, porque no hubo una reunión donde se decidiera fundarlo. “El FSLN fue creado en el calor del combate”, declaró Rodolfo Romero, uno de los primeros miembros del movimiento.4
En el año 1963 es elegido presidente de Nicaragua René Schick Gutiérrez, que a pesar de ser manipulado por el entonces general de la Guardia Nacional, Anastasio Somoza Debayle, tuvo mayores condescendencias para con los opositores al gobierno, hecho que posibilitó que tanto el FSLN como el periódico La Prensa, manejado por la familia Chamorro, opositor al gobierno somocista, pudieran aumentar su popularidad. De hecho, y a pesar de disentir en cuanto a los métodos utilizados por la guerrilla, el periódico se convirtió en el portador del mensaje sandinista. Sin embargo, Gutiérrez no pudo finalizar su mandato. Fue reemplazado por uno de sus tres vicepresidentes, Lorenzo Guerrero Gutiérrez, luego de morir por un infarto sufrido el 3 de agosto de 1966.
El gobierno de Guerrero Gutiérrez fue sólo de transición. Aún así, tuvo que enfrentar un hecho muy trascendente en la historia nicaragüense. El 22 de enero de 1967, los partidarios de Unión Nacional Opositora (UNO), un conglomerado de los cinco partidos que se oponían al régimen somocista, salieron a la calle a manifestarse a favor de la candidatura del conservador Fernando Agüero Rocha. Durante la jornada, los simpatizantes de la UNO se enfrentaron con la Guardia Nacional, quienes reprimieron a la manifestación con armas de grueso calibre, causando la muerte de más de 1000 personas. Este día pasaría a la historia como la Masacre de la Avenida Roosevelt. El 1 de mayo de ese año, Guerrero Gutiérrez entregó la presidencia a Anastasio Somoza Debayle, quien lo nombró ministro de Relaciones Exteriores.
A diferencia de años anteriores, cuando sólo eran apoyados por el movimiento estudiantil (del cual provenían la mayor parte de sus miembros originarios), el FSLN recibía ahora el apoyo de la masa obrera, lo que amplificaba el espectro de procedencia de militantes. A pesar del fuerte crecimiento del sostén que recibían, no había paridad de fuerzas con el poder que ostentaba la Guardia Nacional, que los superaba ampliamente. Este hecho, lejos de ser una desventaja para el Frente, fue capitalizado para aumentar el apoyo de las clases populares, que destacaban la valentía de los sandinistas por ser la única oposición firme al somocismo. De hecho, dos sucesos trágicos, que sucedieron entre 1967 y 1969, dispararon su popularidad.
El 27 de agosto de 1967, una columna sandinista fue interceptada y emboscada por la Guardia Nacional en las montañas de Pancasán. Entre los guerrilleros que fueron aniquilados se encontraba Silvio Mayorga, quien comandaba la fuerza y era uno de los primeros miembros del FSLN. Ese hecho pasó a la historia como “la Gesta de Pancasán”. Dos años después, en un barrio de Managua, 300 efectivos de la Guardia Nacional atacaron una casa particular, ya que habían recibido la denuncia de que se trataba de la guarida de una célula guerrillera. Allí se encontraba Julio Buitrago, jefe de la resistencia urbana del FSLN, quien luchó en soledad durante tres horas contra los ataques de la Guardia Nacional, que llegaron a bombardear la propiedad. Este tipo de acciones favorecieron el crecimiento del apoyo popular a la causa sandinista.
A comienzos de la década del ’70, el FSLN decidió disminuir sus actividades políticas y militares, con el objetivo de fortalecer la formación de la organización, para poder sostener una última pelea con la dictadura, que tendría que terminar cuando esta sea derrocada. Este fue el Período de Acumulación de Fuerzas en Silencio, durante el cual el Frente organizó los sectores estudiantiles, obreros, campesinos y urbanos, al mismo tiempo que reunían recursos financieros, materiales y armas. A pesar de que en este período no hubo muchos enfrentamientos, fueron bajas importantes las muertes de Omar Turcios y Ricardo Morales, miembros de la Dirección Nacional del FSLN. Este proceso, que contó con la colaboración de Cuba y la guerrilla palestina para la formación de cuadros políticos y militares, vio su fin el 27 de diciembre de 1974, cuando un grupo de guerrilleros comandados por Eduardo Contreras y Germán Pomares toma por asalto la casa de José María Castillo, miembro del régimen somocista, mientras se celebraba un homenaje al embajador norteamericano en Nicaragua, Turner Shelton. Los guerrilleros mantuvieron como rehenes a importantes miembros de la alta sociedad nicaragüense, y consiguieron la libertad de 18 sandinistas encarcelados y la repercusión internacional de su accionar revolucionario, además del cobro de un rescate y que el gobierno permitiera la salida de los asaltantes del país.
El crecimiento del Frente no sólo trajo aparejado el crecimiento de la violencia del Estado, que declaró el estado de sitio y persiguió a cualquier persona sospechosa de mantener vínculos con la guerrilla, sino también las primeras divisiones al interior del movimiento, generalmente por cuestiones organizativas, que, hacia 1976, la fractura del FSLN en tres facciones. El FSLN Guerra Popular Prolongada, sostenía la teoría guevarista, que indicaba que la guerra se ganaría con las guerrillas en las montañas; el FSLN Proletario, actuaba en las ciudades mediante atentados y ataques puntuales al gobierno somocista y sostenía que el obrero tenía que ser la figura central en la carrera hacia el socialismo. Por último, el FSLN Insurreccional, donde se unían los socialdemócratas, algunos marxistas y democratacristianos, junto a empresarios. Organizaban sus ataques tanto en el campo con la ciudad y fueron ellos quienes asestaron los golpes más fuertes a la dictadura. Ese mismo año, el Frente acusó la baja de dos hombres muy importantes. Eduardo Contreras, que había participado del asalto a la casa de José María Castillo, y Carlos Fonseca, uno de los mentores del movimiento sandinista.
La ofensiva de los rebeldes recrudeció hacia el año 1978, en que la dictadura somocista asesinó a Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, director del periódico La Prensa, opositor al gobierno de Anastasio Somoza Debayle. Este hecho elevó el malestar y el repudio a la clase media, que decidió apoyar al FSLN hasta que este derrocara al somocismo. Apenas siete meses después, Edén Pastora concretó, junto a 25 guerrilleros, la toma del Palacio Nacional, en la denominada Operación Chanchera, cuando mantuvo cautivos a todos los legisladores y a varios familiares del presidente, y logró imponer las condiciones del Frente, consiguiendo la libertad de 50 presos políticos, el pago de un rescate de 500 mil dólares y la publicación de varios manifiestos de la guerrilla marxista. La fuerte represión desatada por la Guardia Nacional, que culminó con la muerte de muchos civiles, favoreció la unión de muchas más personas a las filas de la guerrilla, además del reconocimiento de otros Estados latinoamericanos, que apoyaban la lucha sandinista en pos de lograr el aislamiento del gobierno dictatorial.
El pacto que sentenció la unión de las tres facciones del Frente, firmado en marzo de 1979, aceleró la caída del régimen somocista. Tres meses después las facciones se convocaron para luchar contra la Guardia Nacional y reunirse en Managua, ciudad capital de Nicaragua, que, junto con Estelí y Matagalpa, entre otras ciudades nicaragüenses, se alzaron contra la dictadura. La respuesta inmediata fue el bombardeo de las ciudades rebeldes, mientras la guerrilla sandinista avanzaba hacia la capital. Estados Unidos intentó enviar tropas para salvaguardar la posición somocista, pero no recibió el apoyo suficiente en la Organización de Estados Americanos (OEA). La imposibilidad de negociar con los sandinistas llevó al gobierno norteamericano a pedir la renuncia a Anastasio Somoza Debayle, a fin de restaurar la tranquilidad. Sin embargo, la sucesión en el poder no trajo la calma esperada. Somoza fue reemplazado por Francisco Urcuyo, presidente del Congreso Nacional, quien pidió al FSLN que deponga las armas, “no ante nada ni ante nadie, sino ante el altar de la Patria”.5 El pedido del nuevo mandatario fue desoído y se incrementaron los avances, por lo que Urcuyo decidió abandonar el país.
El 19 de julio de 1979, el Frente Sandinista de Liberación Nacional derrotó definitivamente a la Guardia Nacional, poniendo fin a la dictadura somocista. La asunción de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, integrada entre otros por Violeta Chamorro, viuda de Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, y Daniel Ortega, actual presidente de Nicaragua, marcó el inicio de la Revolución Sandinista. “Creo que después de 42 años de lucha, la historia nicaragüense ha llegado a un estado tal que difícilmente se le va a poder imponer nuevos amos. Difícilmente nuevas dictaduras van a poder entronizarse en este país”, sentenció Tomás Borge en una entrevista concedida durante su llegada a Managua.6
BIBLIOGRAFIA
1- Eduardo Galeano, Memoria del Fuego 3, el siglo del viento, Editorial Catálogos, Buenos Aires, 2004, p. 303.
2- Voz en Off de Revolución Sandinista Julio de 1979 (triunfo del FSLN)
(En: Http://www.youtube.com/watch?v=tP4zpKRHIRA )
3- Carlos Machado, Documentos, Estados Unidos y América Latina, Editorial Patria Grande, Montevideo, 1968, p. 87 (En: Http://www.alternativabolivariana.org/pdf/invasiones.pdf )
4- Matilde Zimmermann, Fundación del FSLN, 1960-1964, consultado el 26 de enero de 2009.
(En: Http://es.wikipedia.org/wiki/FSLN )
5- Discurso de Asunción de Francisco Urcuyo, 17 de julio de 1979.
(En: http://www.youtube.com/watch?v=kcAz4t7xPk0&feature=related )
6- Entrevista a Tomás Borge en Managua, 20 de julio de 1979.
(En: http://www.youtube.com/watch?v=tP4zpKRHIRA )
viernes, 12 de noviembre de 2010
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